Creé mi empresa porque tenía la necesidad de vivir la vida que realmente quería. Tenía un trabajo que me esclavizaba, vivía por y para él hasta que un día mi mundo se empezó a resentir. Estaba renunciando a muchas cosas a cambio de ingratitud, cansancio, estrés…
No quería esa vida y deseaba con todas mis fuerzas dedicarme a lo que de verdad me gustaba y para lo que me había formado. Quería ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos empresariales para que nunca tuvieran que vivir una vida esclava como la que yo estaba viviendo.
Si tuviera que elegir el momento clave que me animó a dar el paso definitivo para crear mi negocio fue darme cuenta que empezaba a dejar de tener tiempo para mí, para mi familia y para mis amigos. No podía continuar de esa manera, las cosas tenían que cambiar. No podía renunciar a mis valores y creencias así que decidí apostar por mí.
Dejé el trabajo en una gran multinacional, de la que me llevé una importante experiencia y me formé con grandes profesionales de los que aprendí a trabajar duro y estar focalizada en mis objetivos.